El sexto sentido
Aitor González comentó tras su victoria del domingo que él no era el más fuerte de la escapada. Había ganado por saber moverse, elegir el momento preciso para atacar. Todo se lo debía a su sexto sentido. Un término que se está poniendo de moda en este mundillo. Una expresión que queda muy bien, con la que se puede explicar todo. Ahora parece que aquí nadie gana por darle más rápido a los pedales. Si careces de sentido adicional olvídate de ganar. En Ivan Basso este fenómeno extracorporal debe estar muy desarrollado observando el gran Tour que está haciendo. Pero su sexto sentido es diferente al convencional. En su caso tiene un 0% de ambición. Incluso se podría afirmar que es una prolongación del sentido de la vista, lo que le produce una fuerte fijación con la rueda trasera de Armstrong. Basso no sólo se diferencia por esto de los demás. También por su filosofía. Corre para quedar segundo, trabaja para su rival. Lo nunca visto. Sueña con pasar a la historia el próximo domingo. El día del sexto. El único sexto real. El sexto de Lance.
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