La pasión
Gracias por su compañía en una jornada como ésta así se disculpó Carlos de Andrés a las 18:05 tras concluir la etapa de hoy. Es lo mínimo que se puede hacer tras el calvario vivido esta tarde entre Amiens y Chartrens. No por parte de los ciclistas, que también sufrieron lo suyo, sinó por los devotos que nos tragamos tres horas de una etapa martirizante, tediosa y desesperante. Los aficionados no nos merecemos esto. Recurrimos a la fe para aguantar todo el año una noticia de dopaje tras otra. Hacemos oídos sordos encomendándonos a San Tour. Todo sea por disfrutar del paraíso durante veintiún días del mes de julio. Y cuando por fin llega... ¡toma tostón! Etapas como las de hoy son el método más efectivo para luchar contra el insomnio y contra el ciclismo. Está claro que no todos los días debe haber seis puertos y cuatro tramos de pavé. Pero es que en este Tour aún quedan ocho procesiones más como las de hoy. Calvarios que sólo interesan al cófrade ( o cafre) maior, a Leblanc.Cuanto más larga sea la etapa más ayuntamientos se atraviesan, es decir, más dinerito para la saca de la Societé del Tour. Sin embargo esta ecuación tiene un límite. La paciencia de los creyentes.
2 comentarios
gemma -
os q seguimos a túa bitácora precisamos de novas brillantes opinións, deixa esas malas compáñías (millán e villasuso, isto vai por vós)e regresa cara ó bo camiño, aínda non estás perdido (eles si).
esperamos a túa próxima recuperación
sempre túa...
owen -